Égloga I (fragmento)
Nemoroso
Garcilaso de la Vega,
La primera pieza de Garcilaso está dedicada al virrey de Nápoles don Pedro de Toledo y describe el canto de dos personajes campestres entre la salida del sol y su ocaso.
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Égloga I (fragmento)
Nemoroso
Antiguo invierno
Salvatore Quasimodo
No he perdido nada
Todavía estoy acá, el sol gira
a mis espaldas como un halcón y la tierra
repite mi voz en la tuya.
Y vuelve a empezar el tiempo visible
en el ojo que redescubre la luz.
No he perdido nada.
Perder es ir más allá de un diagrama del cielo
a lo largo de movimientos de sueños, un río
lleno de hojas.
Poema 128
Emily Dickinson
Dame el ocaso en una copa,
enumérame los frascos de la mañana
y dime cuánto hay de rocío,
dime cuán lejos la mañana salta
dime a qué hora duerme el tejedor
que tejió el espacio azul.
Escríbeme cuántas notas habrá
en el nuevo éxtasis del tordo
entre asombradas ramas
cuántos caminos recorre la tortuga
cuántas copas la abeja comparte,
disoluta del rocío.
También, ¿quién puso la base del arco iris,
también, quién guía las esferas dóciles
por juncos de azul flexible?
¿Qué dedos atan las estalactitas
quién cuenta la plata de la noche
para saber si nadie está en deuda?
¿Quién edificó esta casita albana
y cerró herméticamente las ventanas
que mi espíritu no puede ver?
¿Quién me dejará salir un día de gala
con implementos de vuelo,
fugaz pomposidad?
Emily Dickinson: Estados Unidos 1830 – 1886.
Emily Elizabeth Dickinson, su poesía la ha colocado en el panteón de poetas fundamentales estadounidenses junto a Edgar Allan Poe y Walt Whitman.
Arte poética
Vicente Huidobro: Chile 1893 – 1948.
Vicente García-Huidobro Fernández, poeta, fue un exponente del creacionismo, es considerado uno de los 3 grandes de la poesía chilena, junto con Gabriela Mistral, Pablo Neruda.
La despedida
Ven, camina conmigo
Emily Bronte escribió unos 200 poemas, suficientes para ser incluida entre los grandes poetas del romanticismo inglés del XIX, época en la que coincide con Lord Byron, John Keats, Percy Shelley, William Wordsworth, William Blake, Robert Browning, Elizabeth Barrett y Cristina Rossetti.
Remembranzas
Emily Bronte
Emily Bronte escribió unos 200 poemas, suficientes para ser incluida entre los grandes poetas del romanticismo inglés del XIX, época en la que coincide con Lord Byron, John Keats, Percy Shelley, William Wordsworth, William Blake, Robert Browning, Elizabeth Barrett y Cristina Rossetti.
Flores de amor
Si
Canto pagano
Rudyard Kipling
Yo que he estado donde he estado.
Yo que he ido donde he ido.
Yo que he visto lo que he visto
cómo podría nunca competir
otra vez con la terrible vieja Inglaterra,
casas a ambos lados de la calle,
cercas a los dos lados del camino,
en medio el sacerdote y las gentes de buena familia,
si nos encontramos, tocan mi sombrero
¿Yo que he visto lo que he visto?
Yo que he mirado medio mundo
levantarse brillante entero con el rocío,
que pone un velo de lluvia al sol,
y tan pronto como la niebla abre el paso
nuestro helio parpadea y parece divertido
tres lados de una plaza de noventa millas,
sobre valles tan grandes como un condado
¿Estáis allí? Estáis allí? ¿Estáis allí? Lluvia,Rocio,
Y el ritmo ciego entonces de nuestro fuego.
ruedo por la grama en la Terratenencia,
¡yo!
Yo que he cabalgado a través de la oscuridad
con frecuencia, al final, cuarenta millas,
por todo el Rancho Mahollisberg,
con las estrellas sólo como guía
y sólo la noche como amiga,
y las cosas que huyen a mi paso,
y cosas que entre la hierba saltan,
y el silencio, el resplandor y el tamaño
de las alturas, indecibles cielos
estoy llevando algunas cartas casi
tanto como a una milla de la posta,
y «si no te importa regresa con el cambio.
¡Yo!
Yo que he visto a Barbeton cogido
cuando caímos a través de las nubes sobre su cabeza,
tiraron los revólveres y huyeron
yo que cruzaba la Colina del Diamante,
y Pieters y Springs y Belfast
desde Dundee y todo Vereeniging
yo que aguanté hasta el final
(cinco galones relucen en mi pecho)
aprovecho mi domingo en la escuela,
con la ayuda del Terrateniente y de su mujer
(sin mencionar la criada y la cocinera),
entrar y manos arriba y sé todavía
trabajar honestamente por mi pan,
mi vida en este estado de vida
que complacerá a Dios que habrá de llamarme
¡a mí!
Yo que he seguido mi oficio
allí donde los Rayos se fabrican;
entre las Lluvias y el Sol y la Luna
yo que me he acostado y levantado
tres años con el cielo como tejado-
que he soportado hambre y sed
seis mil millas enteras a pie,
con el Vaal y Orange como vaso,
el Brandwater Basin era el plato
¡Oh! difícil es comportarse como ellos quieren
(demasiado difícil, y tal vez demasiado pronto),
tendré antes que pensarlo
¡yo!
Apareceré y de aquí me iré
viajaré al Sur y me aseguraré
si son sólo mis encantos o no
que hace pálida en Inglaterra la luz del sol,
y estropea en Inglaterra las brisas,
algo pequeño se ha perdido,
Yo que sé de un sol y de un viento,
algunos llanos, detrás una montaña,
y algunas tumbas junto a cercas de espino,
y un alemán con quien me he pegado fuerte me da
un trabajo donde me inclino
a mirar en una silla y vivo
donde no hay una carretera ni un árbol-
sino sólo mi Hacedor y yo,
esto -creo- ha de curarme o matarme,
por eso creo que allí tendré que ir a verlo.
¡Yo!
A una rosa
Canción de otoño en primavera
Soneto
Rafael Alberti
Se equivocó la paloma
Sweeney entre los ruiseñores
T. S. Eliot
La Canción de Amor de J. Alfred Prufrock
Como la primavera
Juana de Ibarbourou
Como un ala negra tendí mis cabellos
sobre tus rodillas.
Cerrando los ojos su olor aspiraste
diciéndome luego:
-¿Duermes sobre piedras cubiertas de musgos?
¿Con ramas de sauces te atas las trenzas?
¿Tu almohada es de trébol? ¿Las tienes tan negras
porque acaso en ellas exprimiste un zumo
retinto y espeso de moras silvestres?
¡Qué fresca y extraña fragancia te envuelve!
Hueles a arroyuelos, a tierra y a selvas.
¿Qué perfume usas? Y riendo le dije:
¡Ninguno, ninguno!
Te amo y soy joven, huelo a primavera.
Este olor que sientes es de carne firme,
de mejillas claras y de sangre nueva.
¡Te quiero y soy joven, por eso es que tengo
las mismas fragancias de la primavera!
Cancionero: Canzoniere: soneto LXI Francesco Petrarca Bendito sea el año, el mes, el día, la estación, la hora, el instante, el país, el...