Mostrando entradas con la etiqueta Panteón. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Panteón. Mostrar todas las entradas

Embriaguez (Emily Dickinson)

 Embriaguez

Emily Dickinson

En jarros tallados en nácar
apuro un licor ignorado...
Tal vez ni del Rhin en las cavas
pudiera mi sed encontrarlo.

Con una embriaguez de rocío,
borracha de incógnitos hálitos,
tabernas de azul diluido
recorro en perpetuos veranos.

Cuando las abejas
y las mariposas,
agobiadas, ebrias,
vuelen de las pomas,
aún libaré yo mi vaso
de extraño licor...

Hasta que los ángeles
me agiten su níveo penacho,
y a los ventanales
celestes se asomen los santos
para contemplarme
borracha de azul y de sol.

Emily Dickinson: Estados Unidos 1830  –  1886.

Emily Elizabeth Dickinson,​ su poesía la ha colocado en el panteón de poetas fundamentalistas estadounidenses junto a Edgar Allan Poe y Walt Whitman.

Poema 128 (Emily Dickinson)

 Poema 128

Emily Dickinson

Dame el ocaso en una copa,
enumérame los frascos de la mañana
y dime cuánto hay de rocío,
dime cuán lejos la mañana salta
dime a qué hora duerme el tejedor
que tejió el espacio azul.

Escríbeme cuántas notas habrá
en el nuevo éxtasis del tordo
entre asombradas ramas
cuántos caminos recorre la tortuga
cuántas copas la abeja comparte,
disoluta del rocío.

También, ¿quién puso la base del arco iris,
también, quién guía las esferas dóciles
por juncos de azul flexible?
¿Qué dedos atan las estalactitas
quién cuenta la plata de la noche
para saber si nadie está en deuda?

¿Quién edificó esta casita albana
y cerró herméticamente las ventanas
que mi espíritu no puede ver?
¿Quién me dejará salir un día de gala
con implementos de vuelo,
fugaz pomposidad?

Emily Dickinson: Estados Unidos 1830  –  1886.

Emily Elizabeth Dickinson,​ su poesía la ha colocado en el panteón de poetas fundamentales estadounidenses junto a Edgar Allan Poe y Walt Whitman.

Si alguien llama a tu puerta (Gabriel García Márquez)

    Si alguien llama a tu puerta Gabriel García Márquez Si alguien llama a tu puerta, amiga mía,  Y algo de tu sangre late y no reposa En su...