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Tu nombre (Jaime Sabines)

 Tu nombre

Jaime Sabines

Trato de escribir en la oscuridad tu nombre.
Trato de escribir que te amo.
Trato de decir a oscuras todo esto.
No quiero que nadie se entere,
que nadie me mire a las tres de la mañana
paseando de un lado a otro de la estancia,
loco, lleno de ti, enamorado.
Iluminado, ciego, lleno de ti, derramándote.
Digo tu nombre con todo el silencio de la noche,
lo grita mi corazón amordazado.
Repito tu nombre, vuelvo a decirlo,
lo digo incansablemente,
y estoy seguro que habrá de amanecer.

Jaime Sabines: México 1929 - 1999

Ven, camina conmigo (Emily Brontë)

 Ven, camina conmigo

Emily Brontë

Ven, camina conmigo,
sólo tú has bendecido alma inmortal.
Solíamos amar la noche invernal,
Vagar por la nieve sin testigos.
¿Volveremos a esos viejos placeres?
Las nubes oscuras se precipitan
ensombreciendo las montañas
igual que hace muchos años,
hasta morir sobre el salvaje horizonte
en gigantescos bloques apilados;
mientras la luz de la luna se apresura
como una sonrisa furtiva, nocturna.

Ven, camina conmigo;
no hace mucho existíamos
pero la muerte ha robado nuestra compañía
Como el amanecer se roba el rocío.
Una a una llevó las gotas al vacío
hasta que sólo quedaron dos;
pero aún destellan mis sentimientos
pues en ti permanecen fijos.

No reclames mi presencia,
¿puede el amor humano ser tan verdadero?
¿puede la flor de la amistad morir primero
y revivir luego de muchos años?
No, aunque con lágrimas sean bañados,
Los túmulos cubren su tallo,
La savia vital se ha desvanecido
y el verde ya no volverá.
Más seguro que el horror final,
inevitable como las estancias subterráneas
donde habitan los muertos y sus razones,
El tiempo, implacable, separa todos los corazones.

Emily Brontë:  Thornton, 1818 - Haworth, 1848, Gran Bretaña.

Emily Bronte escribió unos 200 poemas, suficientes para ser incluida entre los grandes poetas del romanticismo inglés del XIX, época en la que coincide con Lord Byron, John Keats, Percy Shelley, William Wordsworth, William Blake, Robert Browning, Elizabeth Barrett y Cristina Rossetti.

Las flores del romero (Luis de Góngora)

 Las flores del romero

Luis de Góngora

Las flores del romero,
niña Isabel,
hoy son flores azules,
mañana serán de miel.

Celosa estás, la niña,
celosa estás de aquél,
dichoso, pues le buscas,
ciego, pues te ve.
Ingrato, pues te enoja,
y confiado, pues
no se disculpa hoy
de lo que hizo ayer.

Enjuguen esperanzas
lo que lloras por él,
que celos entre aquellos
que se han querido bien,
hoy son flores azules,
mañana serán miel.

Aurora de ti misma,
que, cuando a amanecer
a tu placer empiezas,
te eclipsan tu placer;
serénense tus ojos,
y más perlas no des,
porque al sol le está mal
lo que a la aurora bien.

Desata como nieblas
todo lo que no ves,
que sospechas de amantes
y querellas después,
hoy son flores azules,
mañana serán miel.


Luis de Góngora, 1561 - 1627 España.

Ojos astrales (José Hernández)

x   José Hernández Si Dios un día, cegara toda fuente de luz, el universo se alumbraría con esos ojos que tienes tú. Pero si lleno de  agrio...