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Tengo sed sobre la lluvia (Laure Gautier)

 Tengo sed sobre la lluvia

Laure Gautier

Llueve aún sobre rodez
una lluvia conocida
casi tibia una lluvia
fuera de temporada
Llueve siempre en rodez
una lluvia sin estación
unas gotas que caen
rebotan
como el blues
invariablemente
Sin duda recuerdas
el agua tersa y suave
cerca del granito rosa
que cae cantando
que cae exactamente
como notas azules
mirando

Aún no anochece en rodez
Entre azul y buenas noches
llueve una lluvia inútil
una lluvia fuera de temporada
¡Hablémoslo!

Precisamente
una lluvia sin tormenta,
sin nube,
una lluvia sin fuerza, de paisaje
que no está más,
de naturaleza arruinada, húmeda.
Es como un poema blando y dulce,
un poema íntimo, la lluvia fuera de temporada
moja turista.

Ni siquiera el anti-monzón,
una lluvia con alas
que arrincona a los turistas bajo las tiendas,
una lluvia de consumo
algunas veces funciona
asomarse a los escaparates, aprovechar los saldos
acaparar, acumular, ¿y si mejor la dejamos ahí?
Busco la nube que provocó la mojada,
la busco sin encontrarla.
No tengo nada que hacer sino dejar que llueva.
Tengo sed bajo la lluvia,
la lluvia del agua que no bebemos,
se bebe toda, sin vergüenza,
en plástico almacenado.
Tengo sed bajo la lluvia.
Hoy todo está dicho.

Llueve en rodez
mientras que en otros lados hay fuego
el mundo arde cuando llueve
la prueba es que hay de lluvias a lluvias
falsificaciones.

La tierra no huele
sin nube ni tormenta
la tierra no huele
sin embargo
me gustaría escarbarla como los perros
escarbarla y ver
una verde señal desenterrada
de lo futuro.


Laure Gautier, nació en 1972, Francia

Plenitud (Victor Hugo)

 Plenitud

Victor Hugo

Puesto que apliqué mis labios a tu copa llena aún,
y puse entre tus manos mi pálida frente;
puesto que alguna vez pude respirar el dulce aliento,
de tu alma, perfume escondido en la sombra.

Puesto que me fue concedido escuchar de ti
las palabras en que se derrama el corazón misterioso;
ya que he visto llorar, ya que he visto sonreír,
tu boca sobre mi boca, tus ojos en mis ojos.

Ya que he visto brillar sobre mi cabeza ilusionada
un rayo de tu estrella, ¡ay!, siempre velada.
Ya que he visto caer en las ondas de mi vida
un pétalo de rosa arrancado a tus días,

puedo decir ahora a los veloces años:
¡Pasad! ¡Seguid pasando! ¡Yo no envejeceré más!
Idos todos con todas nuestras flores marchitas,
tengo en mi álbum una flor que nadie puede cortar.

vuestras alas, al rozarlo, no podrán derramar
el vaso en que ahora bebo y que tengo bien lleno.
Mi alma tiene más fuego que vosotros ceniza.
Mi corazón tiene más amor que vosotros olvido. 

Víctor Hugo 1802, Besanzón, Francia, 1885, París, Francia

Espergesia (Cesar Vallejo)

 Espergesia

Cesar Vallejo

César Vallejo


Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Todos saben que vivo,
que soy malo; y no saben
del diciembre de ese enero.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Hay un vacío
en mi aire metafísico
que nadie ha de palpar:
el claustro de un silencio
que habló a flor de fuego.

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Hermano, escucha, escucha…
Bueno. Y que no me vaya
sin llevar diciembres,
sin dejar eneros.

Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Todos saben que vivo,
que mastico… y no saben
por qué en mi verso chirrían,
oscuro sinsabor de féretro,
luyidos vientos
desenroscados de la Esfinge
preguntona del Desierto.

Todos saben… Y no saben
que la Luz es tísica,
y la sombra gorda…
Y no saben que el misterio sintetiza…
que él es la joroba
musical y triste que a distancia denuncia
el paso meridiano de las lindes a las Lindes.

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo,
grave.

César Abraham Vallejo Mendoza: Perú 1892 - Francia 1938
Cesar Vallejo fue poeta y escritor.

El Ave Fénix

 



    






Según las leyendas, hay varias versiones sobre este mito, pero lo importante es lo que representa.
Era un ave que se consumía por el fuego cada cierto tiempo, ardía y de sus cenizas, renacía con las mismas fuerzas y la misma inteligencia y conocimientos.
El Ave Fénix (Phoenix en inglés) sabía cuando le llegaba la hora de morir, acomodaba un nido, se sentaba allí y los rayos del sol calentaban el nido hasta que comenzaba a arder, luego de sus cenizas resurgía con más fuerza.
Sus alas eran de colores fastuosos entre rojo, amarillo y anaranjado que fulguraban y su cuerpo dorado, vivián 500 años y era única en su especie
Poseía varias virtudes: sus lágrimas curaban las enfermedades y podía transformarse en un pájaro de fuego.
Aparece en oriente y es adoptada por los egipcios y de allí transportada a las culturas de Grecia y Roma.
En la Iglesia Católica de los primeros años fue un símbolo de la Resurrección de Cristo; para San Ambrosio.
Antiguamente como en la actualidad era o es símbolo de inmortalidad, resurrección y superación, como también representa el trabajo que se ve perdido y de pronto sale vencedor, la constancia que se tiene para salir airoso de un problema.
Símbolo e la alquimia.
Símbolo del renacimiento físico y espiritual, poder del fuego, purificación.
Símbolo de la esperanza que representa el valor que nunca debe morir en el hombre.
En Egipto representaba al sol, que todos los días muere en el ocaso y al día siguiente vuelve a renacer, con igual fuerza.
Se le asocia a la Piedra Filosofal que es un elixir para el rejuvenecimiento.

Los elementos de la naturaleza

 Los 4 elementos



Esto se refiere a los estados de la naturaleza: aire, fuego, tierra y agua y representan todo lo que hay en el cosmos incluido la tierra.
El sabio griego Empedocles (filosofo, matemático) S. V a. de C., estableció el sistema de los 4 elementos basicos.
Las culturas antiguas los usaban para explicar las fases de la naturaleza y representan la filosofía, la ciencia y la medicina y la comprensión de lo existente en el cosmos.
Algunos asociaron a la tierra como lo solido, al agua con lo liquido, al aire con lo gaseoso y al fuego con el plasma
Para los griegos, los 4 elementos fueron explicados desde los tiempos presócraticos hasta el renacimiento e influenciaron a las culturas europeas.
Aristoteles le agrega a los 4 elementos un nuevo, indicando que los 4 primarios eran terrenales y corruptibles, insiniuo que las estrellas y el cosmos estaban hechas de otro elemento que llamaron: la sustancia celestial; esta insinuación fue aceptada en el s. XIX y la llamaron: eter o quinta esencia.

Para los chinos consideraron que los 5 elementos son: tierra, agua, fuego, metal y madera y la utilizaron en la medicina tradicional, eran considerados como energía en estado constante de interacción.
Astrología, se usa los 4 elementos para la interpretación de la carta Astral.


 

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