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En la Doliente Soledad del Domingo (Gioconda Belli)

 En la Doliente Soledad del Domingo 

Gioconda Belli


Aquí estoy, 
desnuda, 
sobre las sabanas solitarias 
de esta cama donde te deseo. 
Veo mi cuerpo, 
liso y rosado en el espejo, 
mi cuerpo 
que fue ávido territorio de tus besos, 
este cuerpo lleno de recuerdos 
de tu desbordada pasión 
sobre el que peleaste sudorosas batallas 
en largas noches de quejidos y risas 
y ruidos de mis cuevas interiores. 
Veo mis pechos 
que acomodabas sonriendo 
en la palma de tu mano, 
que apretabas como pájaros pequeños 
en tus jaulas de cinco barrotes, 
mientras una flor se me encendía 
y paraba su dura corola 
contra tu carne dulce. 
Veo mis piernas, 
largas y lentas conocedoras de tus caricias, 
que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes 
para abrirte el sendero de la perdición 
hacia mi mismo centro 
y la suave vegetación del monte 
donde urdiste sordos combates 
coronados de gozo, 
anunciados por descargas de fusilerías 
y truenos primitivos. 
Me veo y no me estoy viendo, 
es un espejo de vos el que se extiende doliente 
sobre esta soledad de domingo, 
un espejo rosado, 
un molde hueco buscando su otro hemisferio. 
Llueve copiosamente 
sobre mi cara 
y solo pienso en tu lejano amor 
mientras cobijo 
con todas mis fuerzas, 
la esperanza.


Gioconda Velli (1948) Nicaragua

Bajo la lluvia (Juana de Ibarbourou)

 Bajo la lluvia

Juana de Ibarbourou

¡Cómo resbala el agua por mi espalda!
¡Cómo moja mi falda,
y pone en mis mejillas su frescura de nieve!
Llueve, llueve, llueve,
y voy, senda adelante,
con el alma ligera y la cara radiante,
sin sentir, sin soñar,
llena de la voluptuosidad de no pensar.

Un pájaro se baña
en una charca turbia; mi presencia le extraña,
se detiene… me mira… nos sentimos amigos…
¡Los dos amamos muchos cielos, campos y trigos!

Después es el asombro
de un labriego que pasa con su azada al hombro
y la lluvia me cubre de todas las fragancias
de los setos de octubre.
Y es, sobre mi cuerpo por el agua empapado
como un maravilloso y estupendo tocado
de gotas cristalinas, de flores deshojadas
que vuelcan a mi paso las plantas asombradas.
Y siento, en la vacuidad
del cerebro sin sueño, la voluptuosidad
del placer infinito, dulce y desconocido,
de un minuto de olvido.
Llueve, llueve, llueve,
y tengo en alma y carne, como un frescor de nieve.

El Ave Fénix

 



    






Según las leyendas, hay varias versiones sobre este mito, pero lo importante es lo que representa.
Era un ave que se consumía por el fuego cada cierto tiempo, ardía y de sus cenizas, renacía con las mismas fuerzas y la misma inteligencia y conocimientos.
El Ave Fénix (Phoenix en inglés) sabía cuando le llegaba la hora de morir, acomodaba un nido, se sentaba allí y los rayos del sol calentaban el nido hasta que comenzaba a arder, luego de sus cenizas resurgía con más fuerza.
Sus alas eran de colores fastuosos entre rojo, amarillo y anaranjado que fulguraban y su cuerpo dorado, vivián 500 años y era única en su especie
Poseía varias virtudes: sus lágrimas curaban las enfermedades y podía transformarse en un pájaro de fuego.
Aparece en oriente y es adoptada por los egipcios y de allí transportada a las culturas de Grecia y Roma.
En la Iglesia Católica de los primeros años fue un símbolo de la Resurrección de Cristo; para San Ambrosio.
Antiguamente como en la actualidad era o es símbolo de inmortalidad, resurrección y superación, como también representa el trabajo que se ve perdido y de pronto sale vencedor, la constancia que se tiene para salir airoso de un problema.
Símbolo e la alquimia.
Símbolo del renacimiento físico y espiritual, poder del fuego, purificación.
Símbolo de la esperanza que representa el valor que nunca debe morir en el hombre.
En Egipto representaba al sol, que todos los días muere en el ocaso y al día siguiente vuelve a renacer, con igual fuerza.
Se le asocia a la Piedra Filosofal que es un elixir para el rejuvenecimiento.

Ojos astrales (José Hernández)

x   José Hernández Si Dios un día, cegara toda fuente de luz, el universo se alumbraría con esos ojos que tienes tú. Pero si lleno de  agrio...