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Te quiero (Mario Benedetti)

 Te quiero

Mario Benedetti

Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro

tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero

y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola

te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
​somos mucho más que dos.

Mario Benedetti: 1920 - 2009, Uruguay.

En la Doliente Soledad del Domingo (Gioconda Belli)

 En la Doliente Soledad del Domingo 

Gioconda Belli


Aquí estoy, 
desnuda, 
sobre las sabanas solitarias 
de esta cama donde te deseo. 
Veo mi cuerpo, 
liso y rosado en el espejo, 
mi cuerpo 
que fue ávido territorio de tus besos, 
este cuerpo lleno de recuerdos 
de tu desbordada pasión 
sobre el que peleaste sudorosas batallas 
en largas noches de quejidos y risas 
y ruidos de mis cuevas interiores. 
Veo mis pechos 
que acomodabas sonriendo 
en la palma de tu mano, 
que apretabas como pájaros pequeños 
en tus jaulas de cinco barrotes, 
mientras una flor se me encendía 
y paraba su dura corola 
contra tu carne dulce. 
Veo mis piernas, 
largas y lentas conocedoras de tus caricias, 
que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes 
para abrirte el sendero de la perdición 
hacia mi mismo centro 
y la suave vegetación del monte 
donde urdiste sordos combates 
coronados de gozo, 
anunciados por descargas de fusilerías 
y truenos primitivos. 
Me veo y no me estoy viendo, 
es un espejo de vos el que se extiende doliente 
sobre esta soledad de domingo, 
un espejo rosado, 
un molde hueco buscando su otro hemisferio. 
Llueve copiosamente 
sobre mi cara 
y solo pienso en tu lejano amor 
mientras cobijo 
con todas mis fuerzas, 
la esperanza.


Gioconda Velli (1948) Nicaragua

Ojos astrales (José Hernández)

x   José Hernández Si Dios un día, cegara toda fuente de luz, el universo se alumbraría con esos ojos que tienes tú. Pero si lleno de  agrio...