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Sensemayá (Nicolás Guillén)

Sensemayá 

Canto para matar a una culebra.Hacha,

con sus ojos de vidrio.

La culebra camina sin patas;
la culebra se esconde en la yerba;
caminando se esconde en la yerba,
caminando sin patas.

¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!

Tú le das con el hacha y se muere:
¡dale ya!
¡No le des con el pie, que te muerde,
no le des con el pie, que se va!

Sensemayá, la culebra,
sensemayá.
Sensemayá, con sus ojos,
sensemayá.
Sensemayá, con su lengua,
sensemayá.
Sensemayá, con su boca,
sensemayá.

La culebra muerta no puede comer,
la culebra muerta no puede silbar,
no puede caminar,
no puede correr.
La culebra muerta no puede mirar,
la culebra muerta no puede beber,
no puede respirar
no puede morder.

¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, la culebra…
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, no se mueve…
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, la culebra…
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, se murió.



Nicolás Guillén de Camagüey, Cuba, el 10 de julio del año 1902 y fallecido en La Habana el 16 de julio de 1989

Guillén fue un escritor y activista politico.

El despertar (Alejandra Pizarnik)

 El despertar

Alejandra Pizarnik
A León Ostrov
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre

Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.

Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue

¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde

Señor
Arroja los féretros de mi sangre.


Alejandra Pizarnik: Argentina 1935 - 1972.
Flora Alejandra Pizarnik fue poeta, ensayista y traductora.

Venus tardía (Horacio)

 Venus tardía

Horacio 

¿Mueves de nuevo guerras, Venus,
después de paz tan prolongada?
Déjame, te lo ruego, te lo ruego.
Ya no soy como era bajo el reinado
de la buena Cinara. Cesa, madre cruel
de los dulces Cupidos, de ablandar
con tu suave imperio a un hombre endurecido
de cerca de diez lustros. Vete
adonde te llaman los tiernos ruegos
de los jóvenes. Más a tono será que,
en alas de purpúreos cisnes,
te llegues a la casa de Paulo Máximo,
si buscas abrasar un corazón idóneo;
pues él es noble, bello y elocuente
en favor de los nerviosos reos,
joven de mil habilidades,
y llevará muy lejos las enseñas de tu milicia.
Y, si alguna vez es más fuerte
que el pródigo rival y puede reírse
de sus regalos, cerca de los lagos
albanos, te erigirá una estatua de mármol
bajo un techo de limonero.
Aspirarás allí mucho incienso,
y te deleitarán liras y flautas berecintias
con sus sones mezclados, y la siringa.
Allí, dos veces en el día, niños
y tiernas vírgenes, alabando
tu divinidad, golpearán tres veces
el suelo con blanco pie,
según el rito salió.
A mí ya no me agradan mujer ni niño,
ni crédula esperanza de amor mutuo,
ni disputar por vino, ni ceñir
mis sienes con las flores nuevas.
Pero, ¡ay!, ¿por qué, por qué, Ligurino,
corre una lágrima furtiva por mis mejillas?
¿Por qué un poco elegante silencio
paraliza mi lengua y mi elocuencia?
En mis nocturnos sueños imagino
que te tengo, que te persigo a ti,
que vuelas por la hierba del campo marcio,
que te persigo a ti, cruel, por el agua inconstante.

Quinto Horacio Flaco. Italia, Imperio Romano, 65 a. de C. 8 d. de C.

Francesca (Ezra Pound)

 Francesca

Ezra Pound

Saliste de la noche
Con flores en las manos.
Vas a salir ahora del tumulto del mundo,
De la babel de lenguas que te nombra.

Yo que te vi rodeada de hechos primordiales,
Monté en cólera cuando te mencionaron
En oscuros callejones.
¡Cómo me gustaría que una ola fresca cubriera mi mente
Que el mundo se trocara en hoja seca,
O en un vilano al viento,
Para que yo pudiera encontrarte de nuevo sola!

Historia de la poesía

 Historia de la poesía

En este bello ejemplar encontrarás una pequeña reseña sobre los grandes poetas de la historia y leerás sus principales poemas, los que se consideraran un motivo para alentar a la vida y al amor en especial

Leer el contenido de esta obra nos alentará a seguir creyendo que en la vida el amor es el principal ingrediente para vivir en paz con nuestros semejantes y en armonía con todo lo que nos rodea.

Para seguir creyendo que en la vida todo es amor y que se puede hacer que la convivencia sirva para incrementar la paz y el amor en este mundo que cada vez es mas complejo.

La poesía es capaz de crear nuevos y mejores ambientes de convivencia, ya que es capaz de hacer aflorar los buenos y mejores sentimientos en todas las personas.

La poesía es sin lugar a duda una de las formas mas hermosas y sugestivas y conmovedoras formas para aflorar y expresar los mejores sentimientos.

Los grandes poetas de la antigüedad y los que los siguieron demostraron que cuando se utilizan las palabras, estas  tienen poderes mágicos y son capaces  de hacernos llorar  y otras veces nos hacen reír.


Antonio Encinas Carranza

5 poemas de José Ángel Buesa

  Poema de la Despedida José Ángel Buesa Te digo adiós Te digo adiós, y acaso te quiero todavía. Quizá no he de olvidarte, pero te digo adió...