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Poemas (Safo de Lesbos)

 Estrofas de poemas 

Safo de Lesbos

Desde Creta ven, Afrodita, aquí,
a este sacro templo, que un bello bosque
de manzanos hay, y el incienso humea
ya en los altares;

suena fresca el agua por los renuevos
y las rosas dan al lugar su sombra,
y un profundo sueño de entre sus hojas
trémulas baja;

pasto de caballos, el prado aquí
lleno está de flores de primavera
y las brisas soplan oliendo a miel…


Ven, Chipriota, y cíñete con guirnaldas
y en las copas de oro con linda gracia
a la fiesta unido el divino néctar
échanos luego.

***
…y te invito, Abantis, a que ahora cantes
de Gongula tú y en tu mano el arpa:
¡cómo ya el deseo a redor revuela
de ti, mi bella!,

pues con solo ver su pequeña capa
sientes ya el hechizo, y yo lo gozo,
que es la diosa misma nacida en Chipre
quien te reprocha…

cuando rezo…
esa palabra…
yo quiero…

***
… y la noche entera con sus canciones
celebrando pasan tu amor las jóvenes
y a la casadita con mil violetas
en su regazo.

Venga, arriba, novio; salir ahora
con los mozos toca. Que así podremos
ver hoy menos sueño que los pardales
gorgoriteantes.

***
…otra chica no habrá,
creo, jamás,
viendo la luz del sol,

que se pueda decir
que en su saber
se te parezca a ti…

***
Como la dulce manzana rojea en la rama más alta,
alta en la más alta punta, y la olvidan los cosechadores.
Ah, pero no es que la olviden, sino que alcanzarla no pueden.

Safo, s VI a. de C., Grecia.

Alma desnuda (Alfonsina Storni)

 Alma desnuda

Alfonsina Storni

Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.

Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.

Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.

Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce Valladares.

Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.

Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.

Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
con que la primavera nos envuelve.

Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice: libad sobre las cosas.

Alma que ha de morir de una fragancia
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.

Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.

Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.

Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.

Alfonsina Storni, 1892 Suiza - 1938 Argentina.

Si alguien llama a tu puerta (Gabriel García Márquez)

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