Mostrando entradas con la etiqueta Alianza. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Alianza. Mostrar todas las entradas

El paraíso perdido (John Milton)

 El paraíso perdido

John Milton

Si eres aquél ¡Cuán caído y diferente
Te ves de aquél que, en los felices reinos
De la luz, y con trascendente brillo,
Eclipsaba a ángeles a millares
Por más que esplendorosos!… Si eres aquél
Que en mutua alianza, consejo y pensamiento
Unidos, esperanza y riesgo iguales,
En la gloriosa empresa te juntaste
Conmigo aquella vez, el infortunio
Ahora en igual ruina nos enlaza;
En qué abismo caímos de la altura,
Ya lo ves, tanto más poderoso
Él demostró que era con su rayo,
Y hasta entonces ¿quién conocer podía
La fuerza de aquellas terribles armas?
Con todo, ni por ellas ni por cuanto
El fuerte Vencedor pueda infligirnos
Con su ira me arrepiento yo ni cambio,
Aunque haya cambiado el lustre externo,
Aquel firme propósito y altivo
Desdén, sensible al mérito ofendido,
Que a contender con Dios me levantó,
Arrastrando hacia la feroz batalla
Un incontable ejército de espíritus
Que a despreciar su reino se atrevieron,
Y a mí me prefirieron y enfrentaron
Con adverso poder al del más alto
En incierto combate en las llanuras
Del Cielo, y su trono sacudieron.
¿Qué importa que el combate se perdiera?
No todo se ha perdido; la indomable
Voluntad y las ansias de venganza,
El odio inmortal, el valor firme
Que nunca es sometido ni se rinde
¿En qué consiste, pues, no ser vencido?
Esta gloria jamás su ira y potencia
Arrancarán de mí. Doblarme y suplicar
Su gracia de rodillas ensalzado
El poder del que el terror de este brazo
Poco ha puso en peligro su imperio.
Sería humillación, una ignominia
Y vergüenza peor que esta caída;
Ya que por sino ni el poder de dioses
Ni esta empírea substancia fallar puede;
Ya que con la experiencia de este encuentro,
En armas no inferiores y teniendo
Más previsión y una mayor confianza
Podemos sostener con fuerza o fraude
Una eterna, irreconciliable guerra
Contra nuestro Enemigo que hoy triunfante
En exceso de dicha, reina solo
Y detenta la tiranía del Cielo.


John Milton, Inglaterra 1608 - 1674.
Está considerado uno de los mejores poetas en lengua inglesa

Alianza del Pacífico

 Alianza del Pacífico



La Alianza del Pacifico es el ente de integración más importante de América y sin importar quienes están gobernando, esta alianza debe durar por encima de los tiempos y sobrepasar los periodos de gobiernos actuales y avanzar hacia la total integración de América y formar un solo bloque con un solo idioma a diferencia de la Unión Europea que tiene 24 idiomas oficiales y que bien se entienden,



La Alianza del Pacifico tiene tres puntos importantes:
- Buscar la integración y el libre transito de bienes, servicios, capitales y personas por toda la región.
- Impulsar un mayor crecimiento, desarrollo y competitividad de las economías de sus integrantes, con miras a lograr mayor bienestar, superar la desigualdad socioeconómica e impulsar la inclusión social de sus habitantes.
- Convertirse en una plataforma de articulación política, integración económica y comercial, y proyección al mundo, con énfasis en la región Asia-Pacífico.
Con un mercado de unos 214 millones de personas y un PIB per cápita promedio de 16,500 dólares (en términos de paridad de poder adquisitivo), la Alianza del Pacífico es ideal para incentivar negocios conjuntos, brinda oportunidades para la inversión extranjera y está abierta a nuevos emprendimientos e innovación en diversas áreas. 

Las agencias de promoción y embajadas de los cuatro países que la integran realizan presentaciones conjuntas en ferias internacionales, macrorruedas de negocios, eventos para promover la innovación y seminarios de negocios en diversos países del mundo. 
Si usted es exportador, importador o tiene interés en desarrollar proyectos de inversión alli tiene una herramienta útil en la Alianza del Pacífico.

Si alguien llama a tu puerta (Gabriel García Márquez)

    Si alguien llama a tu puerta Gabriel García Márquez Si alguien llama a tu puerta, amiga mía,  Y algo de tu sangre late y no reposa En su...