Te quiero a las diez de la mañana (Jaime Sabines)

 Te quiero a las diez de la mañana 

Jaime Sabines

Te quiero a las diez de la mañana, 
y a las once,
y a las doce del día. 
Te quiero con toda mi alma y
con todo mi cuerpo, 
a veces, en las tardes de lluvia.

Pero a las dos de la tarde, 
o a las tres, cuando me
pongo a pensar en nosotros dos, 
y tú piensas en la
comida o en el trabajo diario,
 o en las diversiones
que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con
la mitad del odio que guardo para mí.

Luego vuelvo a quererte, 
cuando nos acostamos y
siento que estás hecha para mí,
 que de algún modo
me lo dicen tu rodilla y tu vientre, 
que mis manos
me convencen de ello, 
y que no hay otro lugar en
donde yo me venga, a donde yo vaya, 
mejor que tu cuerpo. 

Tu vienes toda entera a mi encuentro, y
los dos desaparecemos un instante, 
nos metemos en la boca de Dios, 
hasta que yo te digo que tengo
hambre o sueño.

Todos los días te quiero y te odio 
irremediablemente.
Y hay días también, hay horas, 
en que no te conozco, 
en que me eres ajena 
como la mujer de otro, 
Me preocupan los hombres, 
me preocupo yo, 
me distraen mis penas. 
Es probable que no piense
en ti durante mucho tiempo. 
Ya ves 
¿Quién podría quererte menos que yo amor mío?

Jaime Sabines Gutiérrez, México 1926 - 1999.

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